¿Te importa lo que piensen, lo que digan o lo que esperen otros de ti?
Sea cual sea tu respuesta, lo cierto es que las expectativas de los demás pueden influir en tu comportamiento, en tu rendimiento y en tu desarrollo. Y del mismo modo, tus expectativas sobre otras personas pueden influir en ellas.
Si quieres saber por qué, quédate hasta al final del vídeo, y te lo explicaré.
¿Qué es y en qué consiste el efecto Pigmalión o Profecía autocumplida?
Así es, las expectativas ajenas, tanto buenas como malas, pueden influir en tu comportamiento y resultados. Y no solo las ajenas, sino que tus propias expectativas también pueden influir sobre ti. Se trata de un fenómeno psicológico conocido como Efecto Pigmalión, o “efecto de la profecía autocumplida”.
De hecho, este segundo nombre lo describe muy bien. ¿Cuántas veces has esperado que una persona se comportase de determinada manera, y, efectivamente, así lo hizo?
Y seguro que pensaste… Si es que ya lo sabía yo… En cambio… ¿Y si te dijera que tal vez, esa persona actuó así, como tú te esperabas, debido a que tú provocaste que se comportase así?
Y te explico por qué:
Experimento Rosenthal. Descubriendo el Efecto Pigmalión.
El psicólogo Robert Rosenthal hizo un estudio en el que, dos grupos de personas debían entrenar ratas para que estas completasen un laberinto. A uno de los grupos les dijo que sus ratas eran muy inteligentes y estaban bien entrenadas, mientras que al otro grupo les dijo que sus ratas eran todo lo contrario. El experimento concluyó con que, el grupo de las ratas inteligentes lo hizo mucho mejor que el de las otras.
El caso es que les mintió, en realidad, todas las ratas eran iguales. Lo cual lo llevó a concluir que las creencias de los entrenadores influyeron en el rendimiento de las ratas. Pero dejemos a las ratas de lado, y veámoslo con personas, concretamente, con estudiantes.
Segundo experimento de Rosenthal: el Efecto Pigmalión en el aula.
El propio Robert Rosenthal, junto con Lenore Jacobson, directora de un colegio de San Francisco, llevaron a cabo otro experimento para comprobar cómo las expectativas de los maestros podían influir en el rendimiento académico de sus alumnos.
Rosenthal y Jacobson administraron una prueba de inteligencia a todos los alumnos de una escuela primaria y seleccionaron a un grupo de estudiantes. Entonces informaron a los maestros que, ese grupo de estudiantes seleccionados habían demostrado ser más inteligentes que el resto y que, por tanto, mostrarían un progreso académico excepcional en comparación con los demás alumnos.
Al final del año escolar, Rosenthal y Jacobson evaluaron nuevamente a los estudiantes y descubrieron que los identificados como «más inteligentes» obtuvieron mejores resultados que el resto de estudiantes. Estos resultados se alinearon con las expectativas de los maestros, es justo lo que ellos creían que sucedería.
Sin embargo, la realidad, es que esos estudiantes no habían demostrado ser más inteligentes que el resto en la prueba inicial, simplemente, los eligieron al azar. La única diferencia radicaba en las expectativas de los maestros sobre el grupo de estudiantes seleccionados. Demostrando así que las expectativas de los maestros influyeron en el resultado de los alumnos.
Explicación: ¿Por qué sucede el Efecto Pigmalión?
Pues, sencillamente, esas expectativas influyeron en la forma en la que los maestros trataron a unos alumnos y a otros, favoreciendo a aquellos que creían que eran más inteligentes y obtendrían mejores resultados, y, haciendo que, efectivamente, obtuviesen mejores resultados.
Así es cómo afecta el efecto Pigmalión:
Cuando se espera que los estudiantes tengan éxito, se les brinda un mayor apoyo, se les presentan desafíos estimulantes y se les brinda retroalimentación positiva, lo cual aumenta sus posibilidades de éxito. Por el contrario, las expectativas negativas pueden limitar las oportunidades y el apoyo brindado a los estudiantes, lo que puede afectar negativamente a su rendimiento.
Y esto no sucede solo en el aula. Veamos algún ejemplo de efecto Pigmalión en la vida cotidiana, piensa por ejemplo en los deportes. Pongamos el caso del fútbol.
Si tu entrenador de fútbol cree que juegas bien, que tienes talento y te lo hace saber, te brindará un apoyo mejor que a aquellos que considera poco capaces. Te dará buenos consejos, y te hará jugar más minutos. Tú, que te ha dicho que tienes talento para ello y que lo haces muy bien, que además te sabes pieza importante para el equipo, adquieres más confianza en tu capacidad y al tener un trato comprometido y alentador por parte de tu entrenador mantienes alta la motivación, actúas conforme a la expectativa que tiene de ti y progresas rápido.
En cambio, con el jugador que considera poco capaz, el entrenador no se detiene a ofrecerle un buen feedback y apenas le da minutos de juego, lo cual deja claro que no confía en él. Todo esto conducirá este jugador a perder la motivación, la confianza y a creer que realmente no sirve para eso, lo cual cortará su progreso de raíz.
Volviendo al caso que te presenté al principio, en el que una persona actuó conforme a lo que tú esperabas de ella, esto es a lo que me refería con que tú le llevaste a actuar conforme a las expectativas que tenías de esa persona, porque estas influyeron en tu comportamiento hacia ella. Y, tu comportamiento, a su vez, influyeron en el de esa persona.
Es como un círculo vicioso, o virtuoso, según como se mire:
Las expectativas o creencias que tienes sobre una persona influyen en tu comportamiento para con esa persona, tu comportamiento influye en las creencias que esa persona tiene sobre sí misma lo cual la lleva a actuar conforme a esa creencia, y, esto, a su vez, refuerza tu visión sobre esa persona.
Consecuencias del efecto Pigmalión.
Como has visto, el efecto Pigmalión puede tener tanto consecuencias positivas como negativas, pero no solo en los estudios, sino también en el ámbito profesional, en tu desarrollo personal, en tus relaciones interpersonales y en todos los aspectos de tu vida.
Por eso, y ahora que eres consciente de su existencia, es muy importante que lo tengas en cuenta y sepas como manejarlo, tanto para contigo mismo, como para con otros, y de este modo puedas sacarle provecho en cada aspecto de tu vida, tanto para ti, como para las personas que trabajan o estudian contigo.
Consejos. Sacando el lado positivo de la profecía autocumplida.
Así que ahora te daré algunos consejos para potenciar el lado positivo del efecto Pigmalión, para defenderte del negativo, y para evitar aplicarlo negativamente sobre otras personas:
- Sé consciente de las expectativas: Reflexiona sobre tus propias creencias, prejuicios, y expectativas sobre ti mismo. Observa cómo pueden influir en tu comportamiento. Asegúrate de que sean optimistas y realistas y actúa de modo que estas no te limiten ni te dañen. Haz lo mismo para con las expectativas y creencias que tienes hacia otras personas.
- Comunicación abierta y constructiva: si formas parte de un equipo o tienes alumnos, mantén una comunicación abierta y constructiva con las otras personas. Brinda retroalimentación sobre sus fortalezas y logros, y recomendaciones para con las debilidades. Fomenta un ambiente de confianza y apertura, donde las personas se sientan seguras para expresar sus ideas y opiniones. Evita dar trato favorable a las personas sobre las que tienes mejores expectativas, y evita desinteresarte por aquellas sobre las que tienes expectativas pobres.
- Establece metas desafiantes pero alcanzables: Esto te ayudará a mantener la motivación y comprobar tu progreso, lo cual te dará confianza.
- Refuerzo positivo: Reconoce y recompensa los logros y esfuerzos de las personas y muestra aprecio por el trabajo bien hecho. El refuerzo positivo puede ser muy poderoso para fortalecer el efecto Pigmalión positivo.
Conclusión sobre el efecto Pigmalión.
En resumen, el efecto Pigmalión demuestra que nuestras expectativas pueden influir en el rendimiento y desarrollo de otras personas, así como el de otras personas en nosotros, y así como nuestras expectativas sobre nosotros mismos.
Ahora que lo conoces, sé consciente de su influencia y úsalo sabiamente.
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