¿Alguna vez te has preguntado por qué los tontos se creen tan listos? o, ¿por qué las personas que menos saben sobre un tema, se muestran tan convencidas?
Para descubrir por qué, lee el post hasta el final.
Y además, aprenderás cómo evitar convertirte en uno de ellos.
¿Por qué los tontos se creen tan listos? El Efecto Dunning-Kruger lo explica
6 de enero de 1995. Pittsburgh, Pennsylvania.
El ingenioso hidalgo McArthur Wheeler y su compañero Johnson, querían ganar algo de dinero, así que decidieron atracar dos bancos a plena luz del día, y contaban con un plan infalible para lograrlo.
Se habían cubierto la cara con zumo de limón creyendo que el ácido cítrico los haría invisibles para las cámaras de seguridad.
Su idea tenía lógica, desde niños habían usado el zumo de limón como tinta invisible.
Y, sí podía servir para ocultar lo que escriben, también podría ocultar su identidad en un atraco. ¿Qué podría salir mal?
Así pues, se presentaron en las dos sucursales bancarias dispuestos a robar a cara descubierta.
Por supuesto, su plan no funcionó, y los vídeos de las cámaras de vigilancia mostraron claramente sus rostros.
A Johnson lo capturaron rápido, y a Wheeler varios meses más tarde.
Cuando la policía lo detuvo y le mostró las imágenes, Wheeler, sorprendido, exclamó: «¡Pero si tenía la cara cubierta de zumo de limón!»
Wheeler no daba crédito. No lograba comprender que lo hubieran arrestado tan fácilmente. Estaba convencido de que su rostro debería ser invisible para las cámaras.
Esta convicción tan fuerte, llevó a los psicólogos David Dunning y Justin Kruger de la Universidad de Cornell a investigar por qué algunas personas, como Wheeler, parecían incapaces de reconocer sus propias limitaciones y errores.
Así es cómo es como Dunning y Kruger culminaron sus investigaciones con la identificación del fenómeno que hoy conocemos como el efecto Dunning-Kruger.
Veamos cómo funciona y por qué sucede.
Qué es el efecto Dunning Kruger
El Efecto Dunning-Kruger o Síndrome de Dunning-Kruger es un sesgo cognitivo que se refiere a la tendencia de las personas con habilidades o conocimientos escasos en un área particular a sobreestimar sus conocimientos y habilidades en esa área.
En otras palabras, las personas que menos saben sobre un tema tienden a creer que saben más de lo que realmente saben.
Y por eso se muestran tan convencidas de sus conocimientos. Porque realmente, no son conscientes de que lo que saben es muy poco. No son conscientes de cuánto ignoran.
Este fenómeno tiene cabida en las fases iniciales del aprendizaje de una habilidad.
El proceso de adquisición de conocimiento y desarrollo de habilidades pasa por varias fases, desde el punto de partida: que es la ignorancia, hasta el punto final: que es la maestría o el dominio.
De esto ya hablaré más en profundidad en otro post y lo enlazaré aquí.
Pero ahora, centrémonos en la primera fase.
La Incompetencia Inconsciente
Al principio, cuando una persona comienza el aprendizaje desde cero y adquiere las primeras nociones, carece del conocimiento y experiencia que le permite evaluar adecuadamente su propia incompetencia.
Podría decirse que es incompetente y no lo sabe.
Al adquirir conocimientos, empieza a ser consciente de lo que sabe y eso le da confianza, pero ignora cuánto desconoce.
Por eso, es fácil que tienda a sobrevalorar su conocimiento en el área. No se imagina que quede mucho por aprender sobre lo que ya conoce.
Ejemplo:
Pongamos el ejemplo de dos alumnos que se presentan a un debate sobre una materia. Uno se queda en esta fase inicial y deja de prepararse.
Mientras que el otro sigue aprendiendo más.
El primero, puesto que no es consciente de todo lo que ignora, cree que ya sabe mucho al respecto de esa materia y confía mucho en sus conocimientos. Lo cual se refleja en la convicción de sus palabras en el debate.
En cambio, el otro alumno, que al seguir aprendiendo más, adquirió más conocimientos, se fue percatando de que en realidad no sabe tanto como creía, se volvió consciente de que le queda mucho por aprender y se percató de que dominar la materia es más complicado de lo que podría parecer.
Esto le hizo perder confianza con respecto a la fase inicial. Y, en consecuencia, en el debate se muestra más reflexivo y menos convencido.
Este debate sería el perfecto ejemplo de discutir con un tonto convencido. Lo peor, es que dada su convicción, seguramente lo gane él.
Si ahora, en vez de debatir, tienen que enfrentarse a un caso real aplicando sus conocimientos, se comprobaría que el que más sabe obtendría mejores resultamos, mientras que, el ignorante fallaría más, pero eso sí, la cagaría, pero con confianza.
Otras señales de efecto Dunning-Kruger
Pero en las investigaciones que hicieron Dunning y Kruger, se encontraron con que la confianza y sobrevalorar la propia habilidad, no son las únicas tendencias que nacen de la ignorancia y la incompetencia. También se encontraron con que:
- Los individuos incompetentes no son capaces de reconocer su pésimo desempeño.
- Y no son capaces o les resulta muy complicado reconocer la habilidad de otros.
Así, piensa en el típico compañero de clase, o de un equipo deportivo que desdeña a menudo el conocimiento o las aportaciones de los compañeros, y presume sus habilidades aunque a la vista de todos resulte evidente que no son gran cosa. Eso es el efecto Dunning Kruger en pura esencia.
Por otra parte, como se puede ver en el gráfico, Dunning y Kruger se encontraron con que, si bien las personas incompetentes tienden a sobrevalorar sus habilidades, con las personas competentes sucede lo contrario, a menudo subestiman las suyas.
Por ejemplo, piensa en ese compañero que siempre dice que va a sacar mala nota, pero termina por obtener una de las mejores notas de clase.
Consecuencias del Efecto Dunning-Kruger
Volviendo al caso de los incompetentes, esta desconexión entre la percepción y la realidad puede tener efectos indeseados para las personas a las que afecta el síndrome de Dunning-Kruger, que pueden ir desde la toma de malas decisiones personales, pasando por un desempeño laboral pobre, hasta poner en riesgo su vida o la de otros, por ejemplo, al conducir un vehículo a velocidades que, realmente, no son capaces de manejar con destreza suficiente.
Recuerda el caso de Wheeler y Johnson, que acabaron en la cárcel por creer que el zumo de limón los volvería invisibles, solo porque no pueden verlo cuando lo usan como tinta sobre papel. Desde luego que no fue el resultado que buscaban.
Cómo evitar caer en el Efecto Dunning-Kruger
Ahora que sabes que el efecto Dunning-Kruger no es un buen compañero, y ahora que puedes identificarlo en otras personas, ten en cuenta que es posible que lo hayas experimentado en algún momento de tu vida y que nada te libra de que te afecte a ti de nuevo en algún momento.
Por eso, te voy a dar una serie de pautas para evitar caer en él.
- Autoconciencia: Sé consciente de en qué fase de aprendizaje te encuentras. Si hace poco que empezaste a formarte en una materia o habilidad, aunque hayas adquirido bastante conocimiento y notado rápidos progresos, ten en cuenta que, con toda seguridad, todavía te queda mucho camino por recorrer.
- Ponte a prueba: Es importante que desarrolles la habilidad para evaluar objetivamente tu propio nivel de competencia. Para eso, una buena práctica es poner tus conocimientos y habilidades a prueba. Así comprobarás si realmente sabes tanto como creías o si te desempeñas tan bien como pensabas.
- Busca Retroalimentación: Pide retroalimentación honesta a otras personas sobre tus habilidades y conocimientos en un área específica. Aprovecha esta retroalimentación para identificar áreas de mejora.
- Mentalidad de mejora: abraza una mentalidad de aprendizaje continuo y busca oportunidades para ampliar tus conocimientos y habilidades. Siempre se puede mejorar.
- Aprende de los Expertos: Busca y escucha a expertos y personas con más experiencia en que tú en el tema, valora su conocimiento y trata de aprender de ellos.
- Humildad: ten la humildad suficiente como para identificar tus limitaciones y reconocer que te queda mucho por aprender. Reconoce que no puedes ser un experto en todo.
- Mantén la Curiosidad: La curiosidad es una cualidad valiosa para aprender. Mantén una mente curiosa y abierta a nuevas ideas y perspectivas.
Conclusión sobre el Efecto Dunning-Kruger
Si aplicas esta serie de consejos, es difícil que te afecte el efecto Dunning – Kruger, o, al menos, podrás identificarlo a tiempo y reconducir la situación.
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