Cómo ser más inteligente. 8 trucos científicamente comprobados.

¿Te preguntas cómo ser más listo?

Con esto que te voy a decir vas a aprender a hackear a tu cerebro para retener todo lo que estudias aún si no quisieras recordarlo, para aprender más rápido que antes y para elevar tu motivación hasta las nubes, aunque no te guste estudiar. 

Si quieres saber cómo ser más inteligente, lee todo el artículo porque voy a compartir contigo:

8 trucos, consejos o técnicas científicamente comprobadas para que aumentes tu rendimiento físico, mental e intelectual para ser más inteligente

1. Si sabes para qué te sirve, lo aprenderás.

¿Cuál es la utilidad de lo que estudias?

¿Alguna vez te hiciste esta pregunta?

Muy a menudo centramos nuestros esfuerzos en adquirir conocimientos, en entender y retener la información, pero no pensamos en lo que podemos hacer con ella.

A partir de ahora detente un momento y pregúntate ¿para qué sirve eso que estoy estudiando?

¿Qué puedo hacer con esto? ¿Es útil? ¿Puedo aplicarlo a mi día a día? ¿y a un puesto de trabajo?

Aunque tú pienses que estudiar es importante, para tu cerebro no lo es y no querrá malgastar energía en ello.

Y es que, muchas veces, cuando te da pereza estudiar, no eres tú el vago, sino tu cerebro. Más que vago, es eficiente. El objetivo final de tu cerebro es no malgastar energía y así reservarla para los procesos que son esenciales para la supervivencia.

Pensar y estudiar supone un alto consumo de recursos energéticos y el cerebro no se va a molestar en gastar energía en ello, porque no lo considera necesario para sobrevivir y no lo va a hacer salvo si le resulta crucial o el beneficio de estudiar es evidente.

Por eso, debes darle una razón de peso para que dedique energía a aprender. 

Imagínate dando uso a eso que estudias. Si tu cerebro asimila y entiende la utilidad de lo que aprendes, entiende para qué sirve esa información y sobre todo, si puede ver el beneficio que le supone, no escatimará en esfuerzos para aprender.

Y no, aprobar el próximo examen no es una razón de peso. Esa no es la utilidad de lo que estudias.

De ahora en adelante, identifica el para qué te sirve lo que quieres aprender y no volverás a sentir pereza en tus sesiones de estudio.

Muchas veces, la diferencia entre una persona lista y otra muy inteligente, no son los conocimientos, sino el conocer la utilidad y finalidad de lo que sabe.

2. Visualiza lo que estudias.

Para eso convierte los datos abstractos en concretos y crea imágenes con ellos. Los datos abstractos son etéreos, tenues e intangibles, es muy difícil imaginarlos. Sin embargo, los datos concretos son palpables, cercanos y fáciles de imaginar.

¿Qué forma tiene la moralidad? ¿Y una vaca? No te puedes imaginar la moralidad, pero sí puedes imaginarte una vaca.

Los registros mentales que guardas en tu cerebro te permiten reproducir esos datos de forma visual. A tu cerebro le resulta mucho más sencillo de entender todo aquéllo que puedes convertir en imágenes y, en consecuencia, te será más fácil de recordar.

Para convertir los datos abstractos en visuales puedes utilizar:

  • Ejemplos.
  • Metáforas.
  • Símiles.
  • Historias 
  • Dibujos.
  • Diagramas.

3. Ten un lugar exclusivo para estudiar.

Tal vez conoces el experimento del perro de Pavlov.

Pavlov se dio cuenta de que su perro comenzaba a salivar cuando le daba de comer. Entonces, en su experimento, hacía sonar una campana cada vez que le ponía comida y descubrió que cuando la tocaba, aun si no le llevaba de comer, el perro comenzaba a salivar.

Esto es lo que se conoce como condicionamiento clásico. El perro aprendió a asociar el sonido de la campana con la comida.

Puedes hacer lo mismo con las diferentes zonas de tu casa: por ejemplo, usar el sofá solo para descansar, la cama solo para dormir y el escritorio solo para estudiar. Así estarás asociando el escritorio con el estudio. En consecuencia, cada vez que te sientes frente a él te resultará más sencillo ponerte a estudiar y no distraerte con otras cosas. Lee este post para elegir y diseñar una buena zona de estudio.

4. Establece recompensas y castigos.

Cuando termines tu sesión de estudio prémiate con algo que disfrutes. Puedes comer algo que te guste, quedar con tu pandilla, jugar a algún videojuego, descansar… Lo que quieras.

La única condición es que sea algo que te resulte placentero y que disfrutes.

El objetivo no es usar eso para obligarte a estudiar pensando que cuanto antes acabes, antes te dedicarás al ocio. Ni usarlo como en la fábula del burro y la zanahoria.

El objetivo es asociar ese estímulo placentero con el estudio para condicionarte a estudiar en el futuro. 

Esto sucede gracias al sistema de recompensa. Que es, dicho de forma sencilla, el mecanismo que se encarga de asociar las diferentes situaciones con las sensaciones de placer o dolor, con el objetivo de que aprendamos si debemos realizarlas de nuevo en el futuro o no.

La recompensa recibida, hace que tu cuerpo segregue endorfinas; que se encargan de hacerte sentir placer. Y dopamina; que te dará la sensación de logro y motivación. 

Márcate un objetivo para cumplir en tu hora de estudiar y hazlo. Completar objetivos también activa el sistema de recompensa y resulta placentero, así que puede ser un premio más que suficiente.

Cuando no estudies lo que te habías planteado, el mero hecho de no hacerlo puede ser un castigo válido. Salvo si te da absolutamente igual el estudiar o no, en ese caso, te convendría establecer algún sistema de consecuencias no deseables como castigo a no estudiar. Por ejemplo, no quedar con tus amigos, aburrirte, cambiar la cena que tanto te gusta por otra que no disfrutas o simplemente, seguir estudiando más tiempo del que tenías pensado…

Cuando te quieras dar cuenta, estudiar no te supondrá un esfuerzo.

Conocer cómo funciona tu cerebro y memoria es útil porque te permite recurrir a este tipo de trucos psicológicos con los que hackear a tu cerebro. Cada vez que pienses en cómo ser más inteligente, piensa en algún truco psicológico que te lo facilite.

5. Duerme bien para ser más inteligente.

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Ya sea para estudiar, trabajar, o para cualquier cosa, recortar en horas de sueño es justo lo que no deberías hacer si quieres tener un buen rendimiento en lo que haces.

Durante la noche el cerebro se encarga de reorganizar la información almacenada y de restaurar tu capacidad intelectual para que, al día siguiente, puedas hacer pleno uso de tus facultades.

En consecuencia, la falta de sueño hará que te resulte más complicado asimilar y retener la información.

Por eso mismo, acostarse tarde el día previo a un examen puede condenarte. Sobre todo si no lo tienes bien preparado, pues te resultará más complicado comprender el contenido del mismo, mantener la concentración y todos tus procesos mentales serán más lentos.

Además, la probabilidad de que te quedes en blanco o te olvides de información se multiplica, porque es al dormir cuando el cerebro se encarga de consolidar todo lo aprendido durante el día. Por eso es tan importante gozar de un sueño de calidad después de una jornada de estudio.

En este vídeo te enseño cómo mejorar la calidad de tu sueño.

Para asegurarte de tener un sueño reparador:

  • Evita la luz azul por las noches.
  • No tomes cafeína más allá de las 4 de la tarde.
  • No hagas cenas copiosas.
  • Ten un horario fijo para irte a la cama.
  • Mantén el dormitorio completamente a oscuras.

Ya sabes, duerme bien para recargar tus pilas, refrescar tu mente, aprender y mejorar tu rendimiento físico e intelectual.

6. Aliméntate bien para ser más listo e inteligente.

Todo lo que tenga que ver con mantener un estado de salud óptimo, tiene un impacto positivo sobre tu capacidad para estudiar.

Hacer comidas demasiado abundantes hace que se dirija más sangre al estómago que al cerebro y, en consecuencia, sentirás pesadez estomacal y somnolencia.

Es mejor hacer comidas más ligeras, pero revitalizantes.

La glucosa es el combustible del cerebro. Los alimentos dulces te pueden dar un empujón energético momentáneo, pero abarrotarte de azúcares en muy poco tiempo puede tener el efecto contrario, a parte de conseguirte una diabetes.

Además, es preferible elegirlos de fuentes naturales y no procesadas. 

Comerte una fruta o un trozo de chocolate negro durante tu estudio es una forma perfecta de darle a tu cerebro el chute de glucosa que necesita.

En definitiva, llevar una dieta equilibrada y saludable te ayudará a mantener el estado de salud adecuado para mejorar tu rendimiento y capacidad física e intelectual.

7. Muévete y haz ejercicio para revitalizar tu cerebro.

No hace falta convertirse en un asiduo del gimnasio ni echar horas al día entrenando. Basta con 20 o 30 minutos de actividad física para experimentar sus beneficios. Puedes salir a correr, a caminar o hacer cualquier tipo de ejercicio por tu cuenta.

Hacer deporte te dará mayor energía y capacidad física, contribuye a oxigenar el organismo, de lo cual también se beneficia tu cerebro pudiendo mejorar tu capacidad de concentración y memoria. 

Además, debido a la liberación de endorfinas que produce, te encontrarás con el ánimo más alto, lo cual te dotará de la actitud adecuada para estudiar.

Así que, no vuelvas a excusarte en la falta de tiempo, y saca un ratito par hacer algo de ejercicio.

8. Relájate.

Es habitual encontrarse a estudiantes en situaciones de estrés elevado, sobre todo en época de exámenes.

El estrés y la ansiedad pueden aplacar tu capacidad intelectual, crearte dificultades para recordar lo que estudias, afectar a tu calidad de sueño, disminuir tu concentración, afectar a tu estado de ánimo y finalmente, hacer que todos tus esfuerzos por aprender sean inútiles.

Puedes usar técnicas de relajación para mantener el estrés y la ansiedad a raya, mejorar tu estado de salud y mejorar tus capacidades.

Meditar, hacer ejercicios de respiración o hacer deporte son técnicas de relajación muy efectivas que puedes realizar en tu día a día.

Así es cómo puedes ser más inteligente introduciendo pequeños cambios en tu día a día. Si tienes en cuenta estas 8 consideraciones tu éxito como estudiante está garantizado.

Cursos para aprender a estudiar mejor.

Si quieres seguir progresando como estudiante, puedes echar un vistazo a este curso, en el cual aprenderás un método de estudio para estudiar de forma eficaz.

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En resumen, para ser más inteligente:

  1. Necesitas sabe para qué sirve lo que estudias o quieres aprender.
  2. Visualiza lo que estudias.
  3. Ten un lugar exclusivo para estudiar.
  4. Establece recompensas y castigos.
  5. Duerme bien.
  6. Aliméntate bien.
  7. Muévete y haz ejercicio.
  8. Relájate.

¿Quieres descubrir más trucos para ser más inteligente? En el blog de Mérit puedes aprender muchas otras técnicas para aprender más rápido.

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