Cómo EXPONER SIN NERVIOS – [ EN CLASE y en cualquier sitio ]

Estás a punto de realizar una exposición en clase o en un evento importante, y los nervios comienzan a dominarte. 

Tu corazón late con fuerza, las manos sudan y las palabras parecen escaparse de tu mente. 

Si esto te resulta familiar, no estás solo. El miedo a hablar en público es una de las fobias más comunes en el mundo. 

Sin embargo… ¡hay buenas noticias!

En este post, te enseñaré cómo exponer sin nervios y cómo controlar la ansiedad antes de una exposición.

Cómo exponer sin nervios.

Exponer sin nervios es una entelequia. Por lo menos si estás comprometido/a con tu labor o estudios y tienes intención de hacerlo bien.

Por eso, dado que, con toda probabilidad, ya sea en mayor o menor medida, vas experimentar nervios cuando expongas en clase, es importante que aprendas a combatirlos y manejarlos, y, para eso, lo primero que debes hacer es entenderlos.

Entender por qué aparecen y qué los motiva.

Comprende el Miedo a Hablar en Público.

La naturaleza de los nervios que experimentas antes de exponer, puede ser muy diversa. 

  • Puede que deriven de la tensión propia de hacerlo por primera vez.
  • Puede que se deban al miedo a hablar en público: tal vez por miedo a la crítica, a no cumplir con una expectativa autoimpuesta, por falta de confianza en uno mismo,
  • O puede estar relacionado con malas experiencias pasadas.

En función de su naturaleza, de tu carácter y de tu mentalidad, puede resultar más fácil o más difícil de gestionar.

Pero no debes preocuparte.

Si hay algo que tienes que tener claro es que sentirte nervioso al hablar en público, es algo de lo más normal.

Incluso los oradores más experimentados sienten nervios antes de una exposición, y eso que llevan tropecientas exposiciones a sus espaldas.

Por eso, simplemente debes aceptar que sentir nervios cuando vas a exponer en público, es algo normal, que lo raro sería que no apareciesen y que, simplemente, tendrás que gestionarlos.

Y, lo primero que debes hacer para reducir la probabilidad de que los nervios te impidan hacer una buena presentación, es prepárate y planificarla de antemano, correctamente.

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Preparación y Planificación para exponer en clase sin nervios

La preparación es la clave para aumentar tu confianza.

Antes de tu presentación, asegúrate de conocer bien el tema y el material que vas a exponer. Investiga a fondo y organiza tu contenido de manera lógica. Cuanto más preparado/a te sientas, más fácil será relajarte y aplacar los nervios.

Te recomiendo que la fase de preparación la dividas en estas 4 partes:

1. Investigación.

Investiga a fondo el tema de tu presentación.

Cuanta más información tengas, más seguro/a te sentirás al hablar sobre él. Utiliza fuentes confiables y actualizadas para obtener datos y ejemplos.

2. Organización.

Dale forma al contenido.

Estructura tu presentación de manera lógica. Divide el contenido en una introducción, un desarrollo y una conclusión.

Cada sección debe estar claramente definida y relacionada con la siguiente.

Esto te ayudará a mantenerte ubicado mientras avanzas en tu presentación. Además de dar sentido y unidad a lo que estás contando. 

3. Practica.

Practica tu presentación en voz alta tantas veces como necesites.

Esto te ayudará a familiarizarte con el contenido, a aprender tu discurso y a perfeccionar tu fluidez.

Puedes hacerlo frente a un espejo, frente a amigos o familiares o grabarte para obtener retroalimentación.

Practicar lo suficiente es esencial para controlar los nervios, y te dará mucha seguridad cuando llegue el momento de la verdad.

4. Apoyo visual.

Si temes olvidar detalles importantes, prepara diapositivas con los puntos clave de tu discurso.

A parte de ubicar y guiar al público, te pueden servir como recordatorio durante tu exposición.

Pero ten en cuenta que se trata de material de apoyo, para consultar si es imprescindible, no para leer directamente de él.

No es imprescindible que memorices tu discurso de pé a pá, pero si quieres asegurarte de no olvidarte nada, puedes ver leer este post en el que te enseño cómo memorizar discursos.

Consejos para Controlar los Nervios durante una Exposición.

Controla tus pensamientos.

Los nervios a menudo están relacionados con pensamientos negativos. 

Antes de exponer, evita pensamientos del tipo: «no puedo hacerlo» o «cometeré un error».

En su lugar, reemplaza esos pensamientos con afirmaciones positivas y realistas como «me he preparado para esto» o «tengo el conocimiento necesario»

Durante la presentación evita los pensamientos intrusivos, como puede ser:

  • Juzgarte mientras expones.
  • Preocuparte por lo bien o mal que lo estás haciendo en función de las caras de aburrimiento o desaprobación que te puedes encontrar.

Mientras expones, céntrate solamente en el contenido. En tu presentación. Lo demás, es ajeno a ti.

Establece Contacto Visual.

Durante tu exposición no agaches la cabeza, no bajes la vista ni la pierdas en el vacío. Tampoco la fijes en tu profesor, como si solo le hablases a él. 

Estás exponiendo para todos los allí presentes. Establece contacto visual con cada una de las personas que forman tu audiencia.

Esto te hará sentir más conectado y te aportará seguridad. Además de que, al hacer contacto visual con las personas, les pones más complicado el dejar de prestarte atención.

Habla con Claridad.

No bajes la voz, como si te invadiese la timidez. Evita los titubeos. Habla con voz alta y clara, pero sin gritar. 

Debes hablar con seguridad plena en lo que estás diciendo. 

Esto te dará confianza, y esta confianza y seguridad se la transmitirás a tu público. Además de aumentar tu credibilidad.

Podrás haberles dicho la tontería más grande o la mentira más gorda, pero se irán con la sensación de que sabías de lo que estabas hablando.

Establece un ritmo adecuado.

Hablar demasiado rápido o demasiado lento puede aumentar la ansiedad y hacer que sea más difícil para tu audiencia seguirte.

Coger carrerilla y hablar muy rápido todo el tiempo hará sentirte acelerado, agitado y elevará tu nerviosismo. Además de que a tu público le resultará más difícil comprender lo que dices:  

  • Puede que no entiendan bien algunas palabras porque al hablar rápido no las pronuncias bien.
  • O puede que no sean capaces de procesar toda la información porque avanzas a demasiada velocidad.

Es mejor que, para relajarte, hables un poco más despacio, con sosiego. Eso te ayudará a reducir el nerviosismo.

Pero no ralentices demasiado el ritmo porque aburrirás a tu público.

Lo adecuado es que mantengas un ritmo alterno, para mantener el interés. A veces más rápido, a veces más despacio, pero siempre fácil de seguir.

Utiliza el Lenguaje Corporal a tu Favor.

Tu lenguaje corporal juega un papel crucial tanto en cómo te perciben tus compañeros y profesores, como en tu nivel de nerviosismo o tranquilidad.

  • Evita gestos nerviosos como jugar con tu pelo o moverte constantemente.
  • Evita movimientos rápidos sin venir a cuento.
  • Pero tampoco te quedes clavado en un sitio, con las piernas pegadas, como una columna.
  • No escondas las manos, no las guardes en los bolsillos.
  • No escondas los brazos, ni los cruces.
  • Tampoco cruces las piernas.
  • No agaches los hombros ni la cabeza.

En su lugar, mantén una postura erguida y confiada.

  • La cabeza alta.
  • Los hombros erguidos.
  • Las piernas ligeramente separadas.
  • Las manos a la vista.
  • Muévete, camina un poco, sin prisa.
  • Gesticula.
  • Mueve los brazos y las manos, ocupando tanto espacio como necesites. Sin acelerar tus movimientos innecesariamente, al ritmo que marca tu discurso.

Utilizar estos gestos y movimientos te hará sentir seguro/a.

Te darán la sensación de que estás al mando, de que controlas la situación y eso te ayudará a relajar tus nervios y mantener la calma. Además, transmiten confianza a tu audiencia.

Nadie sabe qué es lo que tienes que decir.

A menudo, uno de los temores más comunes entre los alumnos que tienen que exponer en clase, es olvidarse de lo que tienen que decir.

Desde dejarse algún dato en el tintero sin ser conscientes de ello, hasta quedarse completamente en blanco y no saber cómo seguir. Siendo, esta última, la situación más embarazosa.

Es normal que te invadan los nervios si atiendes a este pensamiento. Pero no es algo por lo que debas preocuparte.

Piensa que solo tú conoces tu discurso.

Nadie más en la sala sabe tanto como tú sobre ese tema, así que, cuando sepas que te estás olvidando de algo, pero no logras recordarlo, no te preocupes, nadie se va a dar cuenta de ello.

(Salvo tu profesores, claro, que posiblemente se percaten).

Aun así, hay algo que no sabe nadie más que tú, y es el orden y estructura exacta de tu discurso. Nadie sabe cómo has decidido organizarlo ni en qué orden vas a decir las cosas.

Así que, si no recuerdas un dato, puedes hacer algo tan sencillo como seguir adelante.

Es probable que ese dato te venga la mente en cualquier otro momento durante tu presentación, así que siempre puedes repescarlo e introducirlo más tarde.

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Usa los silencios para controlar los nervios.

Las exposiciones no solo se tratan de hablar frente a tu público. También hay que saber cuándo callar, y, por eso, el silencio es una herramienta más de la que te puedes servir.

Cuando se te olvide lo que ibas a decir a continuación y no recuerdes exactamente cómo seguir, en lugar de frustrarte y pensar que vas a pasar un mal trago, simplemente, haz una pequeña pausa.

Un silencio bien usado puede añadir interés o dramatismo, y, mientras tanto, puedes usarlo para recordar lo que tienes que decir.

También puedes usar los silencios para tomar un respiro cuanto te sientas muy acelerado/a.

Si vas demasiado rápido y te pueden los nervios, detente, respira hondo, expira, y continua con más calma.

Fomenta la interacción.

Promueve la interacción con tu audiencia a lo largo de la presentación. 

Haz preguntas, fomenta el diálogo y responde a las preguntas que te hagan. 

Esto no solo te ayudará a sentirte más conectado/a con la audiencia, sino que también puede aliviar la presión de ser tú la única persona que habla.

Además, conectando con los puntos anteriores, la interacción es una buena forma de salir del paso cuando te olvidas de algo. 

Si te olvidas de un dato, siempre puedes preguntar a tus compañeros cuál es el dato que falta. Con un poco de suerte, alguno lo sabe y responde por ti.

O puedes reformular tu afirmación en forma de pregunta y lanzársela a tus compañeros para que la respondan.

Y después, continuar con tu presentación como si nada.

Acepta la retroalimentación.

Después de tu presentación solicita retroalimentación de tus compañeros y profesores. 

La retroalimentación constructiva puede ayudarte a mejorar tus habilidades para hablar en público.

Aprende de cada experiencia y aplícala en la siguiente exposición.

Saber que lo puedes hacer bien te da seguridad y sensación de control, lo cual deriva, inevitablemente, en más tranquilidad.

Consejos para Manejar la Ansiedad antes de exponer y Perder el Miedo a hablar en Público.

Todo lo mencionado te servirá de gran ayuda para paliar los nervios durante tu exposición en clase.

Pero todavía hay algunas cosas más que puedes hacer antes de la presentación para reducir tu estado de ansiedad o nerviosismo.

Usa técnicas de relajación.

Justo antes de comenzar tu exposición dedica unos minutos para realizar técnicas de relajación, como la respiración profunda o la meditación.

Practica la respiración abdominal, inhala profundamente por la nariz y exhala lentamente por la boca.

Repite este proceso varias veces para calmar los nervios.

Suplementos naturales para la ansiedad.

Si necesitas un apoyo extra para calmar los nervios antes de una exposición, existen suplementos naturales que pueden ser de gran ayuda. 

No te preocupes, no te voy a decir que te mediques, ni que consumas productos de dudosa eficacia y procedencia.

Me refiero a algo tan común como tomar una taza de tila o una valeriana.

Relajarán tu sistema nervioso y te será más fácil mantener la calma.

Mantén una actitud positiva.

La actitud no lo es todo, pero sí es mucho.

Mantén una mentalidad positiva y cree en ti mismo. No tienes nada que demostrar y sí mucho que aprender. Ve con ganas, simplemente sal ahí y haz lo que tengas qué hacer, sin pensar en el resultado. 

Esto hará que exponer sin nervios sea mucho más sencillo.

Otros consejos para Aprender a Hablar en Público y Exponer sin ponerte Nervioso/a.

Hay un par de consejos que puedes aplicar y que te ayudarán a dominar los nervios y a perder el miedo a exponer en clase.

Aprende de los expertos.

Te recomiendo que veas conferencias y charlas de personas que se dedican profesionalmente a ello y que te fijes en cómo lo hacen.

Puedes aprender mucho viendo a oradores profesionales y poniendo en práctica eso mismo que hacen ellos.

Eso te dará seguridad, además que te servirá para hacer una mejor presentación

Tampoco está demás que veas alguna entrevista que hayan hecho a oradores profesionales, en la que hablen de sí mismos y de su historia. Probablemente hablen de como superaron su miedo a hablar en público.

Así, puedes tomarlos como referencia, seguir sus pasos para vencer los nervios y mejorar tus habilidades de oratoria.

Participa en grupos de debate o teatro.

Si ya participas o decides involucrarte en grupos de debate o teatro, esta es una excelente manera de perder el miedo a hablar en público porque ahí estarás haciéndolo a diario y te acostumbrarás a ello, y, además, te enseñarán a manejar tus nervios.

La práctica constante es la clave.

Recuerda que hablar en público es una habilidad que se mejora con la práctica constante.

Cuantas más presentaciones des, más cómodo te sentirás, más confianza tendrás y mejor lo harás.

Ten una mentalidad de mejora y crecimiento. No temas cometer errores, son oportunidades excelentes para aprender. 

Practica, haz tantas exposiciones como puedas, hoy para hacerlas mejor en clase, en el futuro, posiblemente para conseguir un logro profesional.

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No sé si el doble, tal vez el triple, o quizá no tanto.

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Conclusión. Exponer en clase sin nervios.

Ahora tienes las herramientas necesarias para exponer sin nervios y perder el miedo a hablar en público de una vez por todas.

Así que ya puedes empezar a ponerlas en práctica, pero primero, comparte este post con otros estudiantes como tú, que también las necesitan.

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