Estas son las mejores técnicas de estudio basadas en la evidencia científica – (Para aprobar tus exámenes)

¿Estás hasta las narices de estudiar y estudiar hasta el agotamiento, hasta que se te cae la cabeza sobre los libros como un meteorito, para que al final, tus notas no sean tan buenas como te gustaría?

Y es que esto de estudiar, es algo que todo el mundo hace sin que nadie le enseñe, sin saber muy bien cómo y sin seguir un método concreto, o siguiendo alguno que alguien te dijo alguna vez que le funciona bien, pero que no lo sostiene ninguna base más que la opinión de esa persona que lo compartió contigo.

El objetivo de este post es sencillo, voy a hablarte de métodos de estudio que se ha comprobado que no funcionan y de métodos de estudio cuya efectividad ha sido demostrada científicamente, para que te decantes por usar estos últimos, los que sí funcionan, y por fin saques rendimiento a cada minuto que dediques a estudiar para que así puedes aprender de verdad y mejorar tus resultados.

Técnicas de estudio basadas en la evidencia científica.

Lo adecuado y que siempre te recomendaría antes de decantarte por estudiar siguiendo un método u otro, usando esta o aquella técnica, es que investigues al respecto, que consultes fuentes fiables para evitar usar métodos de estudio poco efectivos.

Pero, al fin y al cabo, eso lleva su tiempo, y entiendo que prefieres dedicarlo a estudiar las materias que son objeto de tu curso.

No es nada raro, pues, que al final te decantes por usar los métodos clásicos que ya conoces porque son los que desde niño vienes utilizando. El caso es que, o la efectividad de algunos de estos métodos no está contrastada, o se ha demostrado que no son efectivos.

Técnicas de estudio que todos conocemos usamos, pero que son poco efectivas.

Leer un texto, tomar apuntes y hacer resúmenes.

En el estudio de Bretzing y Kulhaby de 1979, se tomó una muestra de 144 estudiantes de secundaria y se dividió en 5 grupos:

  • Un grupo de control, que solamente leyó el texto que se le aportó.
  • Otro grupo que realizó un resumen del texto.
  • Otro grupo que tomó notas del texto.
  • Otro grupo que lo transcribió literalmente.
  •  Y, por último, un quinto grupo que hizo una búsqueda de letras (es decir, anotó todas las letras mayúsculas del texto). 

Entonces se le realizaron dos test, el primero al cabo de una semana. En el cual se observó que los estudiantes que hicieron la toma de notas obtuvieron mejores resultados, seguidos de los que resumieron el texto. 

En el segundo test, al cabo de un mes, se observó que los alumnos que realizaron el resumen, obtuvieron un mejor resultado, seguidos de los que tomaron notas, mientras que los peor calificados fueron los que realizaron la búsqueda de letras, seguidos por los que solo leyeron el texto.

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De aquí se puede extraer que, una práctica muy común como lo es la lectura de un texto, no es una técnica de estudio realmente efectiva.

Si bien atendiendo a este estudio el hacer resúmenes o tomar notas es más efectivo que los métodos de estudio a los que se comparó, esto no significa que sea la mejor forma de estudiar y su eficacia depende de un factor determinante: la calidad.

Cómo se puede observar en el estudio de Bednall y Kehoe de 2011, la calidad del resumen y las notas tomadas, influye directamente en la cantidad de información que logrará recordar el estudiante. 

Para asegurarse de tomar las notas adecuadamente y hacer un buen resumen, el alumno debe identificar correctamente las ideas principales y secundarias, los datos importantes del texto y saber relacionar la información entre sí para elegir qué datos seleccionar y qué datos omitir.

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Subrayar texto y apuntes.

Otro método muy común, pero no muy efectivo, es el subrayado. En el estudio realizado por Robert Fowler y Anne Barker en 1974, entregaron un texto a sus alumnos y los dividieron en 3 grupos: 

  • Un grupo lee el texto sin subrayar.
  • Los alumnos de otro grupo leen el texto y subrayan lo que consideran.
  • Y el tercer grupo lee el texto ya subrayado. 

Al cabo de una semana se realizó una prueba sobre el contenido de ese texto y se les dio la oportunidad de repasarlo 10 minutos antes de realizarla.

El resultado fue parejo. No se dieron diferencias significativas entre los grupos, por tanto, este estudio concluyó que subrayar no es un método eficaz para estudiar. 

Pero sí se le puede reconocer una utilidad y esta se debe al efecto de insolación, es decir la posibilidad de hacer destacar la información subrayada sobre el resto. Si bien no hará que se memorice mejor, permite encontrar la información importante e ideas clave de un texto de un solo vistazo.

Para que sea útil, los estudiantes deben subrayar solamente esa información, la más importante. Una hoja enteramente subrayada no es efectiva.

En conclusión, extraemos que, subrayar o leer, son métodos que no funcionan bien por sí solos.

Mientras que resumir o tomar notas, aunque no son los mejores métodos de estudio, sí pueden funcionar si se hacen bien.

? Haciendo un inciso, si quieres saber más sobre estudiar subrayando, puedes ver este vídeo. ?

Estas son las técnicas de estudio basadas en la evidencia científica, que sí funcionan.

Veamos ahora los métodos de estudio cuya efectividad ha sido comprobada por la ciencia.

Estos son métodos de estudio basados en evidencias científicas, por tanto, estos métodos cuentan con el respaldo de la ciencia y su efectividad está demostrada. Por eso mismo, se los considera los más adecuados para estudiar.

Para que un método de estudio se le pueda atribuir la calificación de “basado en evidencia” no basta con que poseea uno o varios testimonios buenos de su uso y resultados, sino que debe haber sido comprobado en una muestra de estudiantes muy amplia, fruto de una investigación a gran escala.

A consecuencia de ello, y, si bien en los últimos años se ha mejorado al respecto, no abundan los métodos de estudio con una base científica sólida. Por tanto, son apenas dos los métodos que compartiré en este vídeo:

  • El estudio activo, o active recall.
  • Y la repetición espaciada.

Estudiar con repetición espaciada.

La repetición espaciada se trata de hacer varias sesiones de estudio dejando un espacio temporal entre ellas.

En el estudio realizado por Karpicke y Blunt, se tomó una muestra de estudiantes universitarios, se les dividió en 4 grupos y se les entregó un texto. 

  • Un grupo solamente leyó el texto una vez.
  • Otro grupo realizó cuatro sesiones de estudio.
  • Otro grupo estudió con mapas conceptuales.
  • Y el último grupo, realizó pruebas después de cada sesión de estudio. 

Después, se enfrentaron a dos pruebas: una en busca de respuestas textuales y la otra de carácter deductivo. 

Se pudo observar que, los alumnos que pusieron a prueba sus conocimientos, obtuvieron un mejor resultado, tanto en la prueba literal, como en la deductiva. 

En segundo lugar, se situaron los alumnos que estudiaron mediante repetición espaciada.

Entonces, por un lado, en cuanto a la repetición espaciada, Ebbinghauss demostró en su estudio que, lo que no se practica, ni se estudia de nuevo, se olvida. Pudiendo olvidarse prácticamente todo al cabo de una semana desde el primer estudio.

Por ello, es necesario volver a exponerse a la información que se quiere aprender. Lo bueno es que, cada vez, se pueden espaciar más las repeticiones y, de hecho, salvo en los primeros compases, es mejor que se de un plazo amplio entre cada repetición.

Por eso, estudiar todo varias veces en un solo día no es efectivo. Es mejor espaciar esas repeticiones entre días separados. Como así demuestra también Karpicke en su estudio de 2008. En donde se puede observar que, los alumnos que espaciaron más sus repeticiones, obtuvieron mejores resultados. 

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? También puedes leer este post en el que menciono la curva del olvido de Ebbinghaus. ?

Estudio activo o active recall.

Volviendo al estudio de Karpicke, en cuanto al estudio activo, se trata de que el alumno ponga a prueba lo que sabe. Por ejemplo, mediante test, preguntas, juegos o exámenes. 

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Por su parte, el poner a prueba los propios conocimientos sigue el funcionamiento natural de la memoria. Al aprender una nueva información, esta pasa por tres fases:

  • La codificación, cuando el estudiante se expone a ella por primera vez y la comprende.
  • El almacenamiento, cuando la registra en su memoria.
  • Y la evocación, cuando recupera esa información a su mente consciente. Es decir, cuando la recuerda y la usa.  

Esto es justamente lo que va a hacer en el examen. Evocar la información aprendida.

Al poner a prueba lo que sabes, estás entrenando las conexiones neuronales que necesitas realizar para recordar esa información,

Además, poner a prueba tus propios conocimientos, no solo es más efectivo para grabar el conocimiento en la memoria, sino que además permite comprobar qué tan bien preparado estás, cuánto sabes, e identificar tus puntos flacos, para así poder centrarte, a partir de cada prueba, en mejorar eso que necesitas saber y todavía no dominas.

Cuando usar cada técnica de estudio para estudiar.

Y ahora que ya sabes cuáles son las dos formas de estudiar más efectivas, veamos, cuando usar cada una:

Atendiendo a lo explicado hasta ahora, se podría decir que el método del estudio activo o active recall, basado en la evocación, es el más eficaz, pero, en realidad, depende de la situación.

No se pueden poner a prueba conocimientos que no se poseen. Para estudiar de la manera más eficaz, no te debes casar con un único método, sino centrarte en los que dan mejores resultados y utilizar cada uno en el momento en que resulta más útil.

Por tanto, la respuesta a cuál es el mejor método de estudio según la ciencia es: usar los más efectivos de forma combinada para lograr un efecto sinérgico entre ellos.

  1. Primero debes exponerte a la información que quieres aprender. Leyendo o escuchando.
  2. Después confeccionar tus propios apuntes o resumen, es el paso adecuado.
  3. Y, a partir de ahí, usa el estudio activo basado en la evocación conjugado con las repeticiones espaciadas.

Piensa, por ejemplo, en el carnet de conducir:

Primero tienes una formación teórica, a la que te puedes exponer mediante la lectura de un temario o asistiendo a unas clases, pero después, no lees y relees la materia, ni subrayas una y otra vez ni haces un montón de resúmenes, si no que te centras en la resolución test, de los cuales, muchos evocan casos prácticos reales. 

¿No crees que tal vez, es por eso mismo que la mayoría de personas necesitan mucho menos tiempo para preparar y aprobar el examen teórico de conducir que para aprobar asignaturas del instituto de dificultad semejante?

Dame tu opinión en los comentarios.

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